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129.

Omaña, Riello, Láncara, Los Barrios y Valdesamario; por el

Este, hasta más allá de Puerto Ventana con los concejos de

Teverga y de Quirós, y por supuesto el de Somiedo; y por el

Oeste, la parte alta del Bierzo, los concejos de Palacios del Sil

y Toreno principalmente (en León) y los de Ibias y Degaña en

Asturias, afectando también sus zonas cercanas

”.

Como puede observarse, culturalmente no existen

fronteras taxativas a semejanza de las administrativas, sino que

la grandeza está precisamente en esa pluralidad, cuestión que,

en este caso, nos advierte de los lazos que siempre han existido

con los vecinos del Principado de Asturias, aún estableciéndo-

se ciertos límites lingüísticos en los que se diluyen rasgos en un

sentido y en otro.

Sobre la palabra

pachxuezu

se nos dice que deriva de

palluezo

, habitante de las

pallozas

, que son las antiguas casas

tradicionales de planta elíptica o rectangular con cubierta de

teitu

, esto es, de

cuelmo

-que es paja de centeno-, y que hoy se

pueden contemplar, aunque no demasiados ejemplos, en

Omaña y Laciana.

Son varias las razones que han motivado la desapari-

ción del

pachxuezu

como de otras hablas. Algunas de ellas pue-

den fundamentarse en que se transmitieron oralmente y no de

forma escrita; en que se circunscribieron a una pequeña zona

teóricamente aislada en relación con la amplitud del resto de la

provincia; en una progresiva alfabetización gracias a los buenos

y afamados maestros que hubo en estas montañas, especial-

mente en Babia, Omaña y Luna; en la imposición del castella-

no; en la expresión que definía unos aperos determinados, unos

métodos de cultivo y unos usos cotidianos que ya no se practi-

can, y en la movilidad de las personas, artífices de la renova-

ción. Por todo ello, nuestros bisabuelos y abuelos fueron el últi-

mo eslabón, como también lo han sido el Padre César Morán o

Cayetano Bardón, y sólo gracias a ellos ha quedado en la

memoria de los sucesores, un lenguaje poco a poco recogido en

léxicos específicos y en escritos posteriores, y un acento que

proporciona singularidad al impuesto y moderno castellano.

Ambas posibilidades aún permite reconstruir añoranzas:

miánicas foi furmosa la fala

Verdaderamente fue hermosa el habla