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Villamanín nos encontramos con la noticia de otro hospital de
características similares a las del que vimos en Villasimpliz,
también dedicado a peregrinos, pobres y enfermos y atendido
por la correspondiente cofradía y un hospitalero, igualmente
obligado a residir en el edificio y atender de día y de noche a
los que lo necesitasen. Otro hospital más existió en el XVIII en
el siguiente poblado, Villanueva de la Tercia, con su cofradía y
algunos bienes. Aquí se conserva, además, un puente con
cimentación presumiblemente romana, que enlazaría la margen
derecha con esta calzada, que continúa por Camplongo,
Busdongo y Vegalamosa, últimas aldeas de nuestro itinerario
antes de alcanzar la Colegiata de Santa María de Arbas, ya casi
en lo alto del puerto.
La Colegiata de Arbas es sin duda el hito principal en
todo este trayecto y su más destacada joya monumental y jaco-
bea, cuya fundación tuvo mucho que ver con el propio hecho de
la peregrinación, ya que por estos parajes tan dejados de la
mano de Dios eran muchos los peligros que acechaban a los
peregrinos, y se hizo
enseguida necesaria la
presencia de una insti-
tución hospitalaria que
los socorriese. La pri-
mera mención de un
asentamiento religioso
en Arbas data del año
1092, y su alberguería u
hospital se cita expresa-
mente en una donación
de 1116, seguida en 1117 de otra más generosa que la reina
doña Urraca ofrece a la alberguería edificada en el puerto de
Arbas. A partir de entonces, los bienes del hospital, regido por
canónigos agustinos, van a ir aumentando considerablemente
merced a las dádivas de reyes y nobles. Las mejoras y amplia-
ciones continúan, y en 1136 le es donado el monasterio de
Parayas, en Lena, para la obra del hospital. Su verdadero
esplendor llegaría, no obstante, con Alfonso IX, que efectuó en
su favor numerosas donaciones, estableciendo en 1193 y 1216
que la alberguería diera al peregrino pan, vino y lecho sin repa-
rar en su condición; y destinando en 1214 ciertas heredades a la
edificación de una capilla junto al hospital, para servicio de los
peregrinos y reposo de los difuntos, acaso la obra actual.
Foto: Colegiata de Santa Mª de Arbas