

Localidad/punto de acceso:
Varias localidades
Municipio:
Villablino
Punto de observación:
Falta
Coordenadas:
Falta
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Los sedimentos concentrados
se bateaban en busca del fino polvo de oro.
Canales de desagüe de la explotación.
Entre los siglos I y III, Roma explotó numerosos ya-
cimientos minerales en todo el noroeste de la península
Ibérica; la provincia de León soportó una gran presión
minera. De los muchos metales que se explotaron, tal
vez fuese el oro el que mayores esfuerzos requirió, lo
que obligó a los ingenieros romanos a desplegar una
increíble cantidad de recursos, tanto materiales como
humanos.
El oro es un metal muy escaso que aparece forman-
do minúsculas vetas en las rocas de las montañas. Los
métodos de extracción son costosos y requieren una
tecnología de la que los romanos no disponían. Sin em-
bargo, durante el Neógeno, la erosión disgregó un gran
volumen de las rocas de las montañas; los pequeños
fragmentos resultantes, entre ellos el oro, fueron trans-
portados a zonas distantes, más llanas, pasando a for-
mar parte de los suelos rojizos que cubren buena parte
del actual territorio leonés, y que los romanos apren-
dieron a reconocer. Entre los materiales poco consoli-
dados que forman estos suelos aparecen las minúsculas
pepitas y escamas de oro que fueron arrancadas de su
emplazamiento original.
Vista aérea de los “peines” de Las Omañas.
Las Omañ s
Las Omañas
Siguiendo la pista que
bordea la planta de extracción de áridos.
Coordenadas:
Huso 30; X 264799; Y 4729223
Pc C O S D Ca P T J Cr Pa N Q
Estratig.
Tectónico
Paleont.
Mineralog.
Geomorfológico
Glaciar
Fluvial
Kárstico
Otros
La explotación aurífera romana de Las Omañas
Para separar el oro del resto de sedimentos los ro-
manos idearon diversas técnicas, adaptadas a cada lugar
explotado, en función de la profundidad a la que se en-
contrara el oro, la disponibilidad de agua, o la pendiente
del terreno entre otros factores. En Las Omañas explo-
taron una mina mediante una serie de canales paralelos
a favor de pendiente, que en su conjunto muestran un
aspecto similar a un peine, por lo que reciben el nombre
de “explotación en surcos” o “arado en peines”. Cada
uno de estos canales tiene una profundidad de 2 a 4
metros y fue excavado manualmente por los trabajado-
res de la mina. Una vez excavados estos surcos, solta-
ban por ellos agua que previamente habían acumulado
en balsas o depósitos. Al circular, el agua arrastraba los
sedimentos más ligeros pero era incapaz de hacerlo con
los materiales más pesados como el oro, que quedaba
concentrado entre los sedimentos del fondo de cada ca-
nal. Para separar el oro, recurrían finalmente al bateo.
En la actualidad, aunque muchos de los canales de
Las Omañas están cubiertos por la vegetación, todavía
es posible reconocerlos a simple vista. No obstante,
solo se percibe la magnitud del complejo minero y el
entramado de surcos y canales que conformaron la
mina a través de imágenes aéreas.