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durante el Ordovícico, se mantuvieron activos en la re-
gión. Al depositarse en el lecho marino, estas cenizas
se compactaron y sufrieron cambios en su composición
hasta transformarse en caolín, explotado en algunas lo-
calidades de la cordillera Cantábrica por sus aplicacio-
nes en la fabricación de papel, cosméticos o cerámica.
El Paleozoico de Los Barrios de Luna
Formaciones del tramo final del itinerario.
Anillos de Liessegang.
Formación Barrios:
1 y 2. superficie
atestada de
Skolithos
y detalle
de dos de ellos;
3. Capa de caolín
situada entre las
cuarcitas de la
Formación Barrios
Fósiles presentes en las lutitas de la Formación Formigoso:
1. caparazón de un cefalópodo; 2. graptolitos.
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Está formada por lutitas de color negro. Se origi-
nó durante la primera mitad del Silúrico, en un fondo
marino pobre en oxígeno, a mayor profundidad que en
los casos anteriores. La escasez de oxígeno ralentizó la
descomposición de la materia orgánica, que se fue acu-
mulando: a ella deben su tono oscuro estas rocas.
También pueden observarse fósiles de gasteró-
podos, bivalvos, pequeños cefalópodos y graptolitos,
colonias flotantes de unos organismos ya extintos que
fueron muy abundantes durante el Paleozoico.
~ 5^a\PRXÙ] 5^a\XV^b^
Esta formación se sitúa inmediatamente por enci-
ma del cierre del embalse, por lo que buena parte del
año aparece cubierta por el agua. Sin embargo, también
puede observarse al otro lado de la presa, en el talud de
la carretera León-Villablino.
~ 2dPaRXcPb ST[ ;d]P
Se trata de una formación recientemente descrita,
hasta hace poco incluida en la Formación Barrios, y que
era conocida como “cuarcitas de la presa”, lo que da una
idea bastante precisa de su ubicación. Está constituida
por cuarcitas muy puras y resistentes, óptimas para so-
portar las infraestructuras del cierre del embalse.
En el Ordovícico Superior, se produjo una de las
mayores glaciaciones que ha sufrido el planeta: se con-
gelaron gran parte de los mares y se frenó la llegada de
sedimentos desde los continentes. Por este motivo, las
rocas del Ordovícico Superior son muy raras en la cor-
dillera Cantábrica. Pero cuando los hielos comenzaron a
derretirse a finales del periodo, cantidades ingentes de
sedimentos arenosos alcanzaron las cuencas marinas,
se compactaron y dieron origen a rocas muy resisten-
tes, como las de la presa del embalse.
A pesar de su resistencia, esta roca presenta abun-
dantes fisuras, entre las que puede circular agua con
minerales disueltos, como el hierro; así, en el entorno
de estas grietas, se depositan óxidos de hierro que dan
origen a los vistosos “anillos de Liessegang”, unas es-
tructuras concéntricas de llamativo color rojizo.
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