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azapanes y bizcochos han
sido en la dulcería tradicional
leonesa, dos presencias habitua -
les en toda festividad o aconteci -
miento de la vida familiar e,
incluso, deportiva, pues eran el
premio que se entregaba a los
ganadores de los juegos o depor -
tes autóctonos, tal como la lucha
leonesa o las
carreras del bollo
que se realizaban en las bodas
entre la mocedad. Es el caso de
la
torta de Benllera
, que si era
para las mozas, se le daba forma
redonda, mientras que la destina -
da a los mozos, la tenía de muñe -
co. El ganador de la carrera se
quedaba con la cabeza, y el resto
se repartía entre los demás com -
petidores. También se podía
hacer para el festejo nupcial, una
rosca pequeña para los niños,
costumbre que ha tenido su
arraigo en la comarca babiana,
donde, exactamente, la masa de
la rosca o bollo de boda, recibe
el nombre de
guerrifa
o
garrifa.
En cuanto a los mazapanes,
algunas veces se denominan de
forma diferente. Así, en Portilla
de Luna es conocido como
pan
de Portilla
.